De pequeña quería crecer
para poder vivir y prevalecer,
pero cuidado con lo que deseas
porque antes de lo que esperas lo obtendrás....
Y así fue..De un día para el otro deje de ser la niña de papa,
para ser la madre de mis padres,
Comencé a sostener sus manos antes de que me den su ultimo adiós,
y consolarlos en mis brazos cuando están destrozados.
En dos pasos me volví mayor
y deje de tener ansiedad por lo que vendrá,
logrando desarrollar una bipolaridad,
donde la felicidad era un buen papel que actuar,
y el vació, como la soledad compañeros eternos de mi alma ya malgastada.
La alegría me deja un sabor tardío
y las sensaciones son un disfrute de poca duración que me da hastió
Dejo de dar pasos torpes
para caminar firmemente así los demás creen...
creen que puedo mas, que soy fuerte,
pero lo único que deseo es paz y arrancarme esta insensibilidad que se volvió una droga
impidiendo permitirme la posibilidad de alejar a esas personas toxicas
que me generan pocos sentimientos y no de los buenos,
dañando lo mínimo que queda de mi corazón golpeado.
Nunca llore por los momentos sucedidos, ya que las lagrimas no caen por mi cara
solo hay un grito en el silencio,
de mi niña interior pidiendo encontrar a la joven que era antes,
para sentir y vivir la inocencia que uno experimenta en esas épocas.
Espero con ansias escucharla...
aunque ese lamento no llega a mis oídos tapados de dolor.
Solo queda la nada misma,
que me agarra de la mano con una sonrisa en sus labios
y yo dócilmente la sigo por esos pasillos,
olvidando todo y dejando atrás algo que ya no puedo recordar...
